lunes, 21 de noviembre de 2011

CEREBRO

DONDE SE RAZONA POR QUÉ NO TENEMOS QUE ASUSTARNOS DE NADA

No es nada extraño que los cerebros parezcan nueces; tampoco lo es que las nueces parezcan cerebros. Se parecen, no son iguales; una de las diferencias es que la nuez no sabe que se parece al cerebro y el cerebro sabe que se parece a la nuez. Otra diferencia es que cada día se comen en el mundo muchas más nueces que cerebros. La tercera diferencia tiene que ver con el tiempo de vida, una nuez vive poco menos de un año –un año humano, se entiende-, el cerebro vive hasta que se muere.